El 6 de agosto de 1852, Fernando de Arenaza abrió sus puertas a la primera farmacia de Chascomús y se presume que fue la primera de la provincia, ubicada en la calle Crámer 223, entre 1852 y 1910 esta farmacia fue testigo de los cambios de la medicina desde la forma magistral hasta la aparición del medicamento específico. Cerca de este lugar funcionaba una pulpería a la que asistían los parroquianos a beber algunas copas para distraerse luego de extensas jornadas de duro trabajo y era habitual que las veladas terminaran en peleas, como una que ha perdurado en la memoria. Dos hombres, políticamente enfrentados, se trenzaron en ese lugar y luego de recibir varias puñaladas fueron a pedir auxilio a La Botica, donde terminaron muriendo. Dicen que los enterraron uno al lado del otro para que, al menos luego de muertos, se reconciliaran. Desde hace algunos años La Botica ha funcionado como restaurante y centro cultural. Una noche, durante el estreno de una obra teatral ocurrieron una s
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